Everywhere at the end of time with Alejandro Pérez

La Portada de Spadansk!

¡Enhorabuena a Alejandro Pérez Fernández por sus artículos durante nuestro curso de Comunicación e Información Escrita – Periodismo -! Muy contenta de sus logros. Gracias por traer tu voz y visión al Periodismo. ¡El viaje acaba de empezar!


“Sus obras producen en el oyente un sentimiento de nostalgia y melancolía, puesto que repite fragmentos ligeramente modificados de diferentes temas que ya han sonado a lo largo del disco, lo que explora el sentimiento de familiaridad, olvido y confusión.”, A.P.F.

El sonido de la demencia, un artículo escrito por Alejandro Pérez Fernández

La demencia es una enfermedad degenerativa que consiste en la pérdida progresiva de las funciones cognitivas como consecuencia de daños o desórdenes cerebrales. Habitualmente esta degeneración termina desembocando en la incapacidad para realizar actividades en la vida diaria. Esta enfermedad suele seguir una evolución progresiva e incluye un sentimiento de confusión, problemas de comprensión, fallos en la memoria a corto plazo o la dificultad a la hora de identificar elementos cotidianos.
La demencia es una enfermedad que se puede explicar, describir y estudiar, pero no se puede transmitir o experimentar, al menos fácilmente, pero esto es lo que ha intentado hacer James Kirby en su proyecto musical “The Caretaker”, donde explora la memoria basándose en la demencia, su progreso y su totalidad. Su obra comienza con la influencia de la escena de la fiesta en el salón de baile de “El resplandor”, 1980, temática en torno a la que se fundamenta su trabajo.
Las obras de James Kirby consisten en la remasterización de temas clásicos de bailes de salón, a los que añade pequeños cortes, sonido de fondo y fallos de reproducción, entre otros elementos. Sus obras producen en el oyente un sentimiento de nostalgia y melancolía, puesto que repite fragmentos ligeramente modificados de diferentes temas que ya han sonado a lo largo del disco, lo que explora el sentimiento de familiaridad, olvido y confusión. Además, acompaña sus obras por el fantástico arte de su amigo Ivan Seal, quien en las portadas crea imágenes que reproducen visualmente y de una forma maravillosa ese sentimiento tan complejo por el que nos hace pasar la música. Es una sensación inquietante. Cuando estás escuchando la música sientes que la conoces, la entiendes y la reconoces, pero al mismo tiempo sabes que hay algo que no está bien porque resulta fuera de lugar. Es como despertarse un día por la mañana y al calzarse las zapatillas de andar por casa sean dos tallas menores. Son tus zapatillas, pero pasa algo.
Aunque una de sus obras más conocidas es “An empty bliss beyond this world(Una felicidad vacía más allá de este mundo), con un título que anticipa de una forma muy cruda lo que sentiremos, su obra más ambiciosa es “Everywhere at the end of time” (En cualquier lugar al final del tiempo). En esta experiencia sonora de seis horas, “The Caretaker” nos lleva a atravesar la demencia y sus diferentes etapas, volviéndonos espectadores en primera persona de los efectos de esta degeneración.
Al principio de “Everywhere at the end of time”, se escucha una melodía familiar y agradable, comienza a distorsionarse y a perder sentido de forma paulatina. A lo largo de estas seis horas, divididas en seis etapas, la música se comienza a convertir en un nubarrón de ruido y sonidos incomprensibles, confusos y prácticamente inaguantables. Pausar la música es la opción más sencilla y menos dolorosa, pero es aquí donde el oyente se da cuenta de lo que está sucediendo de una forma más clara y, al igual que la obra, llega a alcanzar un momento de serenidad, comprensión y aceptación de lo que está pasando, lo que le permiten continuar hacia el vacío y el inevitable silencio de la pieza.
No hay palabras para explicar la sensación que te genera experimentar esto. Cuando culminas el final de la sexta etapa no te quedan palabras y la emoción más cercana a expresar lo que has sentido es dejar que aparezcan las lágrimas. Por mucho tiempo que pase, si has recorrido las seis etapas y en cualquier momento vuelves a escuchar la melodía tan acogedora de la primera, no podrás evitar emocionarte y sentir como tu cuerpo se intenta aferrar al bello sentimiento que te produce, añorando algo que sucedió años atrás pero que no recuerdas muy bien. James Kirby no padece demencia, pero ha conseguido recrear lo que, quien escuche esto, podría definir como la representación más real y profunda de esta dolorosa enfermedad.

Evidentemente recomendar seis horas de ruidos molestos e incomprensibles parece una locura, además de ser algo muy complicado de hacer atractivo. Sin embargo, si estás buscando una experiencia que dure toda la vida tal vez ésta pueda ser una buena ocasión de experimentar. Es recomendable intentar seguir todas las etapas para entender el progreso que sigue la música, pero es complicado conseguir seis horas en un día para dedicarlas a esta tarea, así que decide cómo organizarás el tiempo.
Si el proyecto de “The Caretaker” te resulta atractivo, puedes comenzar con el álbum mencionado anteriorments, “An empty bliss beyond this world”, y en base a esa experiencia, decidir hasta qué punto quieres embarcarte en esta aventura de James Kirby.
No hay expresión lo suficientemente elocuente ni apropiada para definir su música, pero se parece a la sensación de quedarte recogiendo tu casa tras una fiesta de cumpleaños, feliz porque has pasado un buen rato, pero al mismo tiempo, con cierta tristeza porque tus amigos se marchan, eso sería el estado anímica que más se acerca a lo que esta maravilla te puede llevar a sentir.